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Diecisiete productos por los que valdría la pena confinarse

Estar una semanita en casa no es algo muy apetecible, pero si te tuvieras que confinar con un producto comestible o bebible ¿con cuál te quedarías? Varios expertos nos confiesan las debilidades culinarias por las que se encerrarían.

¿Quién no se quedaría unos diítas en casa por varias tazas iguales que esta?
¿Quién no se quedaría unos diítas en casa por varias tazas iguales que esta?24 ONZAS
Carlos Doncel

Dios o Illa no permitan que nos confinen de nuevo, vaya eso por delante. Pero hay gente a la que no le importaría pasar unas semanitas de prisión provisional casera por ese queso, vino o conserva de sus amores. “Que vengan días de chándal y olor a cerrado a mí, que tengo 20 cajas de sardinas milesimadas que quitan el sentío”, podrían decir algunos. Porque todos tenemos nuestra debilidad culinaria por la que, si hiciera falta, saldríamos a aplaudir cada tarde al balcón sin saber muy bien por qué.

En El Comidista hemos preguntado a varios expertos y expertas en gastronomía por aquellos alimentos comestibles o bebibles por los que se encerrarían más tiempo que un monje cartujo con agorafobia. Los gastrónomos consultados, doctos todos en esto del engullir y el beber, han elegido un total de 17 productos con marca. Una selección que, como a ellos, te harían más llevadero cualquier confinamiento por pandemia, invasión extraterrestre o resurrección hitleriana (es 2020, nunca se sabe). Pase pues lo que pase, aquí los tienes para cuando quieras:

KIT DE BEBERCIO

Vinos españoles

El periodista gastronómico Pascual Drake tiene claro que le valdría la pena confinarse si tuviera en casa una buena reserva vinícola: "Nunca antes había sido tan fácil disponer de tanta variedad de vinos directamente desde las bodegas españolas. Por eso a mí ya no me pilla una pandemia -como ya me pasó en aquel execrable mes de marzo en el que algunos tuvimos que recurrir al contrabando- sin mis sin mis Le Naturel (Vintae), Laya (Bodegas Juan Gil), Nosso (Bodegas Menade), Madremía (Bodegas Divina Proporción), o el godello de Godelia".

Vermut Ventura 27, de Bodegas Dimobe

“A mí no me pilla otro confinamiento sin vermú. Si no puedo tomármelo en el Baster o en El Perro Chico, que sea en casa”, asegura Lakshmi Aguirre, periodista gastronómica y profesora del máster The Foodie Studies. Y claro, en este paso de la barra del bar al salón de casa, la carta se amplía: “Ya que puedo elegir, sustituyo el Martini rojo por un Ventura 27 de Bodegas Dimobe (de Moclinejo), por eso de echar de menos el sol malagueño”, comenta Lakshmi. Precio: en la tienda online Vermut Shop cuesta 12,95 euros la botella de 750 ml de este vermut malagueño.

Cacao en polvo, de 24 Onzas

Aunque el cacao en polvo no es una bebida en sí, mucha gente lo mezcla con leche para tomarlo. Uno de ellos es Luis Alcázar, propietario de la tienda madrileña Black Pepper & Co, que es quien recomienda este producto de la empresa 24 Onzas: “Si hay algo positivo en estar confinado es sin duda desayunar sin prisas. Y nada mejor que un buena taza de chocolate de Carmen Capote para empezar bien el día”, dice Luis. Un cacao en polvo que 24 Onzas ofrece aromatizado con hasta seis sabores diferentes (que van rotando dependiendo de la temporada). Precio: en la página de 24 Onzas sale un sobre de 100 gramos a 4,50 euros.

CONSERVAS, CHACINAS Y ENCURTIDOS DE SUPERVIVENCIA

Encurtidos de Chef Seky

El presidente de la corporación comidista, Mikel López Iturriaga, afirma que se encerraría por cualquiera de los encurtidos de la empresa valencia Chef Seky. “Son perfectos para combatir la bajona confinada. Están buenísimos y se salen de lo de siempre al incluir verduras no tan habituales en este formato: zanahoria, coliflor, pimiento verde, cebolla roja... También tienen variantes -mezcla picada de todo lo anterior-, ideales para cascarte una ensaladilla rusa de estilo murciano con el sólo esfuerzo de juntarlas con unas patatas cocidas picadas, mayonesa y bonito o atún”, cuenta Mikel. Pero si tuviera que quedarse con uno de sus productos sería con los tomates verdes raf encurtidos: “Un descubrimiento que anima cualquier plato al que se los pongas”, afirma. Precio: en la tienda online de Chef Seky, el bote de 400 g de tomate raf encurtido cuesta 4,99.

Sardinas a la antigua, de Ortiz

La supercoordinadora comidister Mònica Escudero recomienda estas sardinas de la marca Ortiz porque “son tiernas y sabrosas, y pueden solucionar un montón de situaciones diferentes”. Según aconseja Mònica, “puedes tomarlas como aperitivo, con un poco de ajo encurtido por encima, aceitunas negras, ralladura de limón y perejil (si les pones unos tomates raf, ya tienes una ensalada); servirlas sobre una tostada con un puñado de rúcula y un huevo cocido o como salsa para pasta con mucho perejil, ajo, mantequilla y limón”. Ante tal despliegue de versatilidad solo podemos decir una cosa: ¡vivan las sardinas en aceite! Precio: la lata de 100 g vale 2,81 euros en El Corte Inglés, por ejemplo.

Caviar de erizo, de Agromar

“Yo doy mucho la lata, literalmente, porque defiendo que el nivel del laterío nacional es supremo y garantiza un as bajo la manga, sobre todo en pleno confinamiento”, sostiene la periodista y gastrónoma Carmen Alcaraz del Blanco. Aunque se confiesa amante del hígado de rape con salsa ponzu de yuzu de La Cala Albert Adrià y de las conservas braseadas de Güeyu Mar o de La Brújula, Carmen se queda con el caviar de erizo de la empresa gijonesa Agromar: “Es mi lata favorita porque la asocio a domingos felices y porque es un lujo asequible de tanto en tanto”. Precio: el bote de 55 g de caviar de oricios cuesta 9,20 euros en la página de Agromar.

Anchoas, de Alteza

“A ver, no son las de la Taberna de Alberto de Santoña, pero dan el pego y su precio es 1,30 euros la latita. Un minilujo más que alcanzable, ¿no?”, pregunta retóricamente Pascual Drake. La suya es una historia de amor y pasión con las anchoas de la marca blanca de los supermercados Lupa: “Fui a la costa cantábrica de vacaciones y aproveché para traer del Lupa de Unquera un arsenal de Anchoas Alteza. Hoy me deben quedar aún como 15 o 20 latas. Si me vuelven a encerrar, que sea en la despensa, entre latas de anchoas de a 1,30”, pide Pascual al Dios anchoísta. Precio: en la web de los supermercados Lupa cuesta, efectivamente, 1,29 euros cada lata.

Bonito del norte, de Seleqtia

El videocomidister Jordi Luque apuesta por resguardarse en casa ante cualquier ataque extraterrestre con tres alacenas llenas de bonito del norte de la firma Seleqtia, de los supermercados Eroski: “Te arregla un bocata, una ensalada, una ensaladilla y una pasta. Es bastante jugoso y sabroso y, según dicen, se puede milesimar. O sea que si nos encierran varios años pasará de marca blanca a producto gourmet”, asevera Jordi mientras llama al fijo de la NASA por si han visto algo también. Precio: en Eroski, puedes comprar la lata de 111 g por 4,95 euros.

Cecina de buey extra, de Bodegas El Capricho

Más allá del mundo conservero, Íñigo Aguirre, del blog Umami Madrid, se adentra en las chacinas y recomienda una cecina de carne de buey: “Esta cecina que elabora Bodegas El Capricho en León es espectacular, con una infiltración de grasa que hace que se funda en boca y un sabor profundamente delicioso”, describe Íñigo. Precio: en la web de Bodegas de El Capricho sale a 52,25 euros el kilo.

POPURRÍ COMESTIBLE DE PUERTAS PA’ DENTRO

Arroz bomba, de Nomen

La primera recomendación de este popurrí comestible viene de la mano del comidister Jordi Luque: “No soy muy tocacojones con el arroz, pero el bomba de la marca Nomen, además de darme un resultado fantástico y además de haberme adaptado a él –eso es muy importante en un grano de arroz– resulta que viene en un saquito de tela. En casa somos bastante anti-plástico, así que 1+1=2”, afirma Jordi, especialista en gastronomía y concienciado con el cambio climático. Precio: en grandes superficies como El Corte Inglés, el kilo tiene un precio aproximado de 3,75 euros.

Queso DOP Flor de Guía, de Cortijo de Caideros

Volamos a las islas Canarias para degustar el queso de la marca Cortijo de Caideros, elaborado bajo la D.O.P. Flor de Guía, que nos ha aconsejado Javier Suárez, periodista gastronómico de Por Fogones, del digital Canarias Ahora. “En las islas tenemos multitud de variedades de quesos, todos ellos maravillosos, pero yo me quedaría con uno en concreto por su calidad, historia y esfuerzo: el de la Denominación de Origen Flor De Guía. Y más concretamente con el que hace Cristóbal Moreno, el Cortijo de Caideros, galardonado varios años como mejor queso de la región”, cuenta Javier. Precio: el precio del kilo de este queso ronda los 18-20 euros, según informa Javier.

Gofio, de Imendi y de La Piña

No nos vamos todavía del territorio guanche, porque si Javier Suárez se tuviera que quedar confinado con otro producto, le gustaría que fuera el gofio. “En mi casa no faltaría porque el gofio se puede comer para desayunar con leche, para almorzar con un potaje de berros, para merendar con plátano y galletas o para cenar integrándolo en un yogur”, explica este periodista. Y de entre todas las marcas que lo fabrican, Javier se queda con el de trigo y millo de Imendi, “que se hace en La Gomera de forma artesanal”, y con el de La Piña, que es “más industrial”. Precio: el Imendi puedes encontrarlo en algunas tiendas online por 1,85 el medio kilo; el de La Piña, en Carrefour está a 2,90 el kilo.

Caldos varios, de Aneto

“En los meses de frío en casa se activa el protocolo caldo y casi todas las semanas hacemos dos ollas: uno vegetal y otro con pollo, jamón y ternera. Por si entre una vez y otra nos quedamos sin y un día nos entra el arrechucho sopero, siempre tengo un brick de Aneto guardado”, confiesa la comidister Mònica Escudero. Pocas cosas hay más socorridas que un caldo, porque tal y como indica Mònica, los de pescado y marisco también le han ayudado a improvisar más de un arroz, “ya que no llevan ni más ni menos ingredientes que los que les pondrías en casa”. Precio: en cualquier supermercado puedes encontrarlo por un precio aproximado de 3,50 euros el brick de un litro.

Yogur de oveja, de Carrefour BIO

A Mikel López Iturriaga le cambió la vida cuando se pasó del yogur de vaca al de oveja, y por eso ahora no le gustaría despegarse de él ni aunque viniera el apocalipsis. “Sin tener la denominación 'griego', es lo más parecido al yogur griego de verdad que he encontrado en España: denso, sabroso y ultracremoso. Tomarlo como postre con fruta cortada ya es una delicia, pero aconsejo usarlo con profusión en platos salados”, comenta Mikel. Para integrarlo en este tipo de elaboraciones, Mikel aconseja, por ejemplo, “rematar con una cucharada cualquier crema de verduras en el mismo bol en el que la sirves, o hacer con él tzatziki (untable griego de pepino y ajo) o raita (salsa india con pepino, cilantro, menta y comino)”. Precio: Carrefour vende 420 g de este yogur por tres euros.

ADEREZOS CONFINADOS

Salsa sriracha, de Huy Fong

Esta salsa picante originaria del sudeste asiático es el motivo por el que la comidister Maria Sanahuja se quedaría confinada unas semanas: “En mi casa no puede faltar sriracha. Me gustaría haberla conocido en una aventura mochilera por Tailandia pero la realidad es que la conocí en el súper, buscando darle un punto picante a los huevos rancheros que me desayunaba en la universidad de resaca. Tomate, proteína, bien de sriracha y al ruedo”, cuenta Maria. Precio: en El Corte Inglés puedes encontrar un bote de salsa de 355 g a 3,95 euros.

Chutney de cebolla Seeni Sambol, de Brutal Terrific Jams

Detrás del éxotico y misterioso nombre Seeni Sambol hay un chutney de cebolla “muy sabroso y versátil”, tal y como lo describe Luis Alcázar. Este condimento de cebolla roja caramelizada y especiada elaborado por la empresa madrileña Brutal Terrific Jams “te hará viajar sin salir de tu pisito de 30 metros cuadrados”, promete Luis, así que cuidadito con las restricciones de movilidad. Precio: en la web de Brutal Terrific Jams, el bote de 250 g sale a 6 euros.

Chile en polvo, de Tajín

Carmen Alcaraz del Blanco se confiesa devota de esta mezcla chile en polvo, sal marina y limón deshidratado “que alegra y subraya los sabores de cualquier elaboración”. Como feligresa que es de este producto conoce los mil y un usos que las sacerdotisas tajineras le dan: “Puedes aliñar la berza de un cocido montañés, sumarlo a tu mortero para casi cualquier majada o al adobo de una carne, añadir su brilli-brilli a una sencilla patata asada, espolvorearlo en un polo helado o una fruta, escarchar una copa… y, por supuesto, tunear unas palomitas de sábado noche”. Precio: un bote de 142 g sale en Carrefour a 2,75 euros.

Sobre la firma

Carlos Doncel
Periodista gastronómico en El Comidista, doble graduado en Periodismo y Comunicación Audiovisual por la Universidad de Sevilla y alto, muy alto. Le encanta el picante, la cerveza, el cuchareo y las patatas fritas de bolsa. Cree que el cachondeo y el rigor profesional son compatibles y que los palitos de cangrejo deberían desaparecer.

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