Todos entendemos qué significa la palabra "queso", pero nos sorprenderíamos de la cantidad de productos que identificaríamos como tal... y en realidad no lo son. En nuestros supermercados hay un buen número de sucedáneos en forma de lonchas, rallados, cremosos, preparados para fundir y demás parientes que aparentan la forma de este lácteo. En realidad son más bien grasa compactada, por lo que conviene distinguirlos antes de decidir si los compramos o no.
Para ayudarnos en esta tarea contamos con la ayuda de un señor que sabe de lo que habla: el doctor en Ciencia y Tecnología de los Alimentos Miguel Ángel Lurueña, responsable del blog Gominolas de Petróleo y autor del libro Que no te líen con la comida (Destino). Para que no te den gato por liebre, o más bien tranchete por cheddar, no tienes más que darle al play en el vídeo de arriba.