Menú semanal de El Comidista (25 abril a 1 de mayo)

¿Qué hay más de estas fechas que unos espárragos verdes y unas buenas fresas? Nosotros hemos decidido juntarlos en un plato con un poco de queso de cabra, y el resultado es tan satisfactorio como primaveral.

La crema es una especie de hummus pero más líquido, casi una salsa de garbanzos con la consistencia ideal para mojar los deditos de pollo.

Los yogures caseros están buenísimos. Te explicamos cómo prepararlos de tres formas distintas y así puedes elegir la que más te convenza.

Preparamos un cuscús frio con tempeh, un derivado de la soja con bastante más sabor que el tofu. Y la rematamos con una tapenade de aceitunas negras sencillísima y tan sabrosa como versátil.

Una receta tan sencilla como satisfactoria que se preparar en un tris, con el truco añadido de aprender a asar ajos sin tener que encender el horno.

Si solo se te ocurre comerlas solas o con yogur, te estás perdiendo muchas de sus posibilidades.

La mejor salsa del mundo es la yema de huevo semilíquida, y estas habas tiernas aromatizadas con eneldo no necesitan mucho más para ser una delicia de la cocina persa clásica.

Acelgas, huevo cocido y quesos rellenan este pastel salado típico de la cocina genovesa. La receta es algo laboriosa, pero perfecta para celebraciones y ocasiones especiales.

¿Piensas que eres un inútil para la repostería? El llorar se va a acabar con esta receta facilona y maravillosa, apta para manazas y destinada a alegrar tus mañanitas. O tardes. O sobremesas.

Las alcachofas están en plena temporada y frescas son deliciosas, pero si al final las vas a triturar para preparar una crema hay un truco para ahorrar tiempo: comprarlas congeladas.

En esta receta acompañamos la caballa, que está en su fecha óptima de consumo, con una ensalada prima hermana de la ensaladilla rusa. Más fácil y más rico no te lo podemos poner.

Sentimos decirte que las naranjas no curan los resfriados, pero siguen estando bien ricas.

La vaina de esta legumbre, prima hermana del guisante, se come entera y sin desgranar. Su sabor dulzón y textura crujiente hace que los tirabeques queden geniales al vapor o salteados, como en esta receta.

Este plato típico de la gastronomía belga lleva a las endivias a su máximo esplendor. Si no sueles cocinar ni comer esta hortaliza, esta receta es perfecta para empezar.

Viajamos hasta Murcia-qué-hermosa-eres para poner en la órbita mundial un dulce sencillo, barato y sabroso. Qué más se le puede pedir a la vida.

Un sencillo aderezo a base de aceite, ajo, especias y un toque de vinagre no solo sirve para rematar un pescado a la plancha o dar una segunda vida a unas judías frías: también funciona muy bien con las coles y el arroz.

Pobre pomelo, relegado desde los años ochenta a la categoría de desayuno de dieta por su punto amargo y su ligereza. ¿Lo has probado asado?

¿Tienes el tarro de estragón muerto de la risa en la despensa? Adapta este clásico francés de Julia Child con un poco menos de vacaburrismo y sin que se resienta en nada el sabor.

Como el sablée bretón es bastante contundente, se recomienda consumirlo acompañado de frutas tirando a ácidas que aligeren el conjunto, como las cerezas.

La clave para que esta sangría salga bien está en escoger un vino decente, limitar el azúcar y entregarse a la fruta de temporada y el zumo de cítricos para aromatizar la mezcla.

Pincha en el enlace y descárgate la plantilla de menú semanal de El Comidista. Podrás organizarte los desayunos, almuerzos, meriendas y cenas de toda la semana.