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Ensalada japonesa de patata y judías

Patatas cocinadas muy al punto, judía verde redonda, huevo cocido al gusto y una mayonesa con un toque de wasabi: esta es nuestra versión de una ensalada deliciosa del restaurante Arigato.

Otra ensalada de patata es posible
Otra ensalada de patata es posibleMÒNICA ESCUDERO

Hay ensaladas que pasan por nuestra vida sin pena ni gloria -especialmente si llamas ensalada a cosas que salen de una bolsa- y otras que te pueden dejar turulata. Cuando probé esta en Arigato, un restaurante japonés sin sushi que también es heladería y en el que hacen un okonomiyaki delicioso y sandwiches buenísimos, me voló la cabeza de tal manera que decidí dedicar durante unos días buena parte de mis energías a intentar replicarla en casa.

Descubrí rápidamente que el corte y el tiempo de cocción de las patatas eran clave: tienen que quedar con un punto crujiente, no hechas del todo en el centro (por eso es importante no usar en esta receta patatas que tengan partes verdes, que contienen tóxicos que no se desintegran con esta cocción). Aunque por aquí nos suene raro, en la cocina asiática es bastante frecuente tomar las patatas al dente, con una textura que me recuerda al daikon -rábano japonés- o la jícama mexicana. No recomiendo cocer juntas las patatas y las judías porque las patatas cortadas así son delicadísimas, y la posibilidad de acabar comiendo judías chirriantes y patatas deshechas -u otro desaguisado posible en esta ecuación- es bastante alta.

El aliño era básicamente mayonesa japonesa con wasabi como la que comercializa la marca Kewpie, que por cierto tiene uno de los logos más cuquis de la historia de la alimentación. Se diferencia de nuestra mayonesa en que es más densa y con más sabor a huevo -porque solo lleva yema-, además de tener una acidez muy baja y un punto de dulzor que se consigue añadiendo un poco de azúcar. Su versión con wasabi es una de las más populares -después de la clásica-, y podemos preparar una muy similar en casa. Si no tienes wasabi a mano -aunque ahora venden la versión industrial en muchos supermercados-, puedes usar rábano picante.

También llevaba un topping de lechuga de mar en polvo, un alga que se encuentra fácilmente en las tiendas de alimentación asiática. Si tampoco te pilla cerca, puedes usar alga nori (la del sushi): si la tuestas antes en una sartén sin aceite y la trituras después tendrá más sabor y se hará polvo más fácilmente.

Dificultad: Hay que tener wasabi (o rábano picante), lechuga de mar y vigilar el punto de las patatas.

Ingredientes

Para 4 personas

Para la salsa

  • 1 yema de huevo
  • Unos 200 ml de aceite suave (de girasol, por ejemplo)
  • Sal al gusto (o salsa de soja, en este caso la salsa quedará más ligera)
  • Vinagre de arroz al gusto
  • Wasabi en pasta o en polvo al gusto
  • 1 cucharadita de azúcar

Además

  • 750 g de patata nueva
  • 800 g de judía verde redonda (tipo bobby)
  • Lechuga de mar en polvo al gusto
  • Sichimi togarashi (o chile en polvo al gusto)
  • 4 o 6 huevos

Instrucciones

1.
Pelar las patatas y cortarlas en bastones como si las fuéramos a freír (no muy gruesos, como de 0,5 cm). Poner las patatas en remojo en abundante agua fría unos 15 minutos.
2.
Preparar la mayonesa siguiendo esta técnica y añadir al final los aderezos, batiendo un poco más hasta que se integren. Reservar en un tarro cerrado en la nevera.
3.
Cocer los huevos al gusto, entre 5:30 y ocho minutos (dependiendo de cómo nos guste la yema). Enfriar rápidamente con agua helada para cortar la cocción y una vez fríos pelarlos.
4.
Retirar las puntas a las judías y si se quiere cortarlas por la mitad. Llevar agua salada a ebullición y cuando hierva poner las judías. Probarlas pasados cuatro minutos, si no  parecen suficientemente cocidas ir probando cada minuto. Retirar con una espumadera, enfriar en abundante agua helada y dejar secar.
5.
Añadir al agua las patatas escurridas. Probar una pasados cuatro minutos: si está un poco blanda por fuera pero aún conserva un punto crujiente por dentro, está lista. Si no, ir probando cada minuto: las patatas tan finas son delicadas, se desintegran rápido y hay que vigilarlas muy de cerca. Cuando estén listas, enfriar y escurrir (es importante que tanto la patata como la judía estén bien secas).
6.
Montar en platos o una ensaladera poniendo una base de patata, las judías encima, salsa al gusto por encima, los huevos cortados a la mitad o en cuartos y rematar con la lechuga de mar y el chile.

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