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Pasta con salsa de pimientos y ajos asados

Si no eres muy fan del pimiento, esta misma receta se puede hacer con otras hortalizas asadas como berenjena, calabacín, calabaza, remolacha o zanahoria. Y así sales un poco de los espaguetis con tomate frito de bote, anda.

También se le puede echar más queso
También se le puede echar más quesoCLAUDIA POLO

En todas las casas hay cosas que se repiten verano tras verano. Los polos caseros en el congelador, el melón con jamón de aperitivo o el bote de gazpacho afincado en la nevera. En la mía eran los pimientos asados: pese a las quejas por parte del resto de miembros de mi familia debido al aumento de temperatura en casa, mi padre asaba religiosamente una bandeja de pimientos a la semana durante los meses de julio y agosto.

Procesar verduras en grandes cantidades es algo que lleva haciéndose muchos años. De forma más eficiente que la que practicaba mi padre, en las épocas de recolección de pimiento se asaban en hornos de leña para luego embotarse y tener provisiones para el resto del año. Esto es algo que puede seguir haciéndose en casa: tras pelarlos bien y retirar las pepitas se meten con su jugo botes de vidrio esterilizados y se pasteurizan al baño maría durante diez minutos. Después de esto pueden conservarse en la despensa hasta un año. Si no quieres montar la tomatina versión pimiento en tu cocina, puedes preparar un par de botes grandes y así optimizar tiempo y energía (y comer pimientos ricos achicharrándote solo una vez al mes).

Tras tantos años teniendo pimientos rojos asados en la nevera, puedo decir que domino bastantes formas de prepararlos. Mi favorita es ponerlos sobre pan tostado con un huevo cocido siete minutos, un chorro de aceite bueno, copos de cayena y sal en escamas. También son una ensalada en sí mismos: anchoas en salmuera, alcaparras, unas endivias y una vinagreta sencilla -si le añades el jugo de los pimientos es además increíble- y la ensalada del verano.

Triturados con un puñado de nueces, medio diente de ajo, sal y pimentón, se convierten en un untable vegano perfecto para un picoteo al sol, y con un poco de agua de cocción de la pasta y una cabeza de ajos asados -se puede asar junto a los pimientos y si no es en esta receta, utilizarla en una mayonesa o untar los ajos con pan y mantequilla- es una salsa espectacular que se prepara en un momento. Si esta receta tiene algo que destacar es que puede replicarse con casi cualquier hortaliza asada: berenjena, calabacín, calabaza, remolacha, zanahoria.Triturada con algún líquido -agua de cocción, leche o nata, bebida vegetal, caldo-, aderezada con aceite de oliva y especias, queda sabrosa y nutritiva.

Dificultad: La de mantener la compostura mientras esté el horno encendido.

Ingredientes

Para 4 personas

  • 3 pimientos rojos
  • 1 cabeza de ajos
  • 1 cebolla
  • 30 ml de aceite de oliva virgen extra + un poco más para untar los pimientos
  • ¼ cucharadita de comino
  • ½ cucharadita de pimentón
  • ½ cucharadita de cayena en polvo
  • ¼ cucharadita de anís en grano
  • 2 cazos de agua de cocción de la pasta
  • 320 g de pasta seca
  • Sal
  • Queso curado de oveja
  • Orégano

Instrucciones

1.
Precalentar el horno a 200 ºC con calor arriba y abajo.
2.
En una bandeja de horno colocar los pimientos, la cabeza de ajos cortada por la mitad y la cebolla cortada en cuartos. Untar con aceite.
3.
Asar durante 20 minutos. Dar la vuelta a los pimientos y asar durante 20 minutos más.
4.
Dejar enfriar un poco para quitarles la piel y las pepitas. Sacar los dientes de ajo asados.
5.
Cocer la pasta en agua hirviendo con sal durante un minuto menos de lo que indique el paquete.
6.
Triturar los pimientos, la cebolla y los dientes de ajo junto a las especias, la sal y un poco del agua de cocción de la pasta. Añadir el aceite de oliva poco a poco mientras se sigue triturando.
7.
Corregir de sal y especias y añadir más agua de cocción si se quiere una salsa más líquida.
8.
Escurrir la pasta y devolver a la olla junto con la salsa. Mantecar durante un minuto y servir con un poco de aceite, queso curado de oveja rallado y orégano.

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