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Nueve platos sanos y sabrosos para volver a la realidad

Ensaladas, platos únicos y otras sugerencias sabrosas y de temporada para asumir la vuelta a la rutina con un poco menos de ganas de llorar (o llorando, pero al menos bien comidos).

Frescura y sabor sin esfuerzo
Frescura y sabor sin esfuerzoMÒNICA ESCUDERO

Parece que fue antes de ayer cuando estabas de vacaciones en la playa, la montaña o tu ciudad favorita, sin más preocupación que decidir qué leer, qué helado te apetecía o si la cervecita número 12 era una buena idea. El trabajo parecía solo un mal sueño que tuviste un día lejano pero ahí estás ahora, en modo experiencia inmersiva de la que vas a tardar un rato en poder escapar, contando en el calendario cuanto queda para el próximo puente -mucho- y para las siguientes vacaciones (tanto que parece que no pasará nunca): bienvenidos a la realidad.

Si además el relajo venía con todo incluido o has estado comiendo y cenando fuera todos los días, es posible que la idea de volver a cocinar se te haga durilla. Si por el contrario te has pasado las vacaciones ocupándote de que todo el mundo estuviera debidamente alimentado, también puedes estar hasta la breva del asunto. Para cualquiera de los dos casos traemos una lista de propuestas ricas, sencillas y de temporada para que la reentré nos coja por lo menos bien comidos y sin dejarnos el poco presupuesto que nos queda. Porque las penas, con pan son menos.Hortalizas encurtidas rápidas con fideos asiáticosPara cuatro raciones, corta por la mitad y después en medias lunas dos pepinos medianos, dos calabacines pequeños y dos cebollas (si es grande, una sola). Prepara un aliño con una cucharada de mantequilla de cacahuete, soja, un chorro generoso de vinagre y si quieres un poco de ajo y jengibre picados. Si en lugar de mantequilla de cacahuete tienes base de pad thai o salsa satay, puedes usarlas. Remueve todo bien para repartir el aliño y lleva a la nevera una hora, removiendo una o dos veces durante el proceso. Sirve sobre fideos fríos de trigo o arroz, y remata con sésamo y tallo de cebolleta: una de mis comidas favoritas -aparte del gazpacho- cuando aprieta el calor.

Pasta integral con pesto de rúcula, cherrys asados y parmesano

Preparar un pesto con dos puñados generosos de rúcula, unos 45 ml de aceite, un chorro de zumo de limón, ajo al gusto -entre medio y un diente- y 80 gramos de anacardos tostados. Asar en una sartén, a fuego fuerte y sin aceite, 500 g de tomates cherry. Cuando tengan un color ligeramente tostado, pero mantengan la forma y no hayan explotado, estarán listos. Mezclar con 400 g de pasta corta integral cocida al dente y un chorrito del agua de cocción, un poco de sal y pimienta o copos de chile y rematar con 80 g de parmesano rallado o en lascas.

Ensalada de cuscús con pimientos y berenjena asados, vinagreta de pistacho y sardinas

Enciende el horno a 180 grados y pon en él dos pimientos, dos berenjenas, dos cebollas y una cabeza de ajos (y más cosas hasta que lo llenes, que no está el precio de la energía para no optimizar su uso). Mientras, hidrata un vaso y medio de cuscús con la misma cantidad de agua con sal, y un chorrito de aceite. Saca el ajo pasados unos 30 o 35 minutos. Pasada más o menos una hora -el tiempo total depende del tamaño de las hortalizas, tienen que tener partes oscuras y aspecto deshinchado- sácalos y deja que se templen. Prepara una vinagreta con la mitad de los ajos pelados, zumo y ralladura de lima al gusto, un puñado de pistachos pelados troceados, perejil fresco y el aceite de dos latas de sardinas (o una parte si hay mucho). Cuando puedas hacerlo sin quemarte, pela y trocea las hortalizas y mezcla con el cuscús ya hidratado, la vinagreta y encima las sardinas. Puedes prepararlo con antelación -es perfecto para llevar en táper-, siempre que lo dejes un rato a temperatura ambiente antes de comer para que se temple.

Garbanzos con huevo y tomate

Seguramente uno de los platos con mejor relación esfuerzo resultado que puedas preparar: para una ración generosa corta media cebolla en tiritas con un poco de aceite y una cucharada de agua para que no se queme. Añade un diente de ajo laminado y dale dos vueltas más. Unos 250 g de garbanzos cocidos, tres cucharadas de salsa de tomate, especias o hierbas, un poco de sal y dos huevos. Revuelve primero para cuajar la clara -intenta dejar las yemas a un lado- y casi al final rompe las yemas. Y al plato, sin más, aunque puedes rematar con lo que quieras: perejil, salsa picante, ñora, sal en escamas..

Polenta con salteado de pollo, higos y uvas

Calienta tres vasos de agua, o uno y medio de agua y uno y medio de leche si quieres una polenta más cremosa (puedes ajustar la cantidad de líquido y sémola según el resultado que busques, aquí te contamos cómo). Vierte el contenido del mismo vaso de polenta instantánea y después otra mitad del mismo, remueve hasta que quede lisa y sin grumos y lleva a ebullición un par de minutos. Remata si quieres con una nuez de mantequilla y reparte en cuatro platos. Corta en tiras seis contramuslos de pollo, salpimenta y saltéalos en una sartén con un poco de tomillo: cuando estén dorados, reparte encima de la polenta. Añade a la misma sartén 12 higos cortados en cuartos y 16 uvas partidas por la mitad, sube el fuego y deja que se caramelicen durante unos tres minutos. Reparte a los platos, remata con pimienta y un poco más de tomillo y a comer.

Ensalada de patata, tomate y huevo con salsa de yogur

Cero en fotogenia, 10 en sabor
Cero en fotogenia, 10 en saborMÒNICA ESCUDERO

Trocear 700 g de patata nueva limpia con piel y hervirlas durante 15 minutos (o cocinar en el microondas siguiendo esta técnica). Aliñar con un poco de aceite, vinagre y sal al sacarlas del agua o el micro y dejar enfriar. Mientras, cocer cuatro huevos -en el agua ya hirviendo, dejar fuera de la nevera un rato antes para que el shock térmico no haga que exploten- durante ocho minutos, enfriar y pelar. Cortar unos 700 g de tomates en gajos o rodajas y una cebolleta a pluma, mezclar con las patatas cuando ya estén a temperatura ambiente. Preparar una vinagreta con un yogur griego, hierbas al gusto, un chorrito de vinagre y otro de aceite, sal y pimienta. Aliñar la ensalada y rematar con los huevos troceados, algún encurtido -alcaparras, pepinillos, cebollitas- y, si se quiere, alguna salsa picante. Llevar 20 minutos a la nevera y servir.

Calabaza con leche de coco y tofu al curry

Un par de días antes, congela 600 g de tofu duro en dados; el día antes descongela sobre un colador y presiona para ayudar a eliminar el agua que habrá soltado. Con este proceso conseguiremos que el tofu se vuelva poroso y absorba los sabores de la marinada como una esponja. Mezcla un chorro de vinagre de manzana con otro de aceite, sal, un diente de ajo picado o rallado y curry en polvo al gusto, pon el tofu en un táper, cubre con la marinada, tapa y remueve bien para que se empape. Lleva a la nevera y deja reposar unas horas o de un día para otro. Corta una cebolla en trozos grandes y 800 g de calabaza en dados. Lleva ambas cosas a una cazuela con un poco de aceite de sabor suave y dales unas vueltas hasta que cojan color; al final y fuera del fuego, pon una cucharada de curry en polvo y dale unas vueltas para despertar los aromas. Vierte 100 ml de leche de coco, 100 ml de caldo de verduras y lleva a ebullición a fuego suave y tapado unos 10 minutos o hasta que la calabaza esté tierna. Antes de servir, dora el tofu en una sartén con un poco de aceite a fuego alegre hasta que coja color y textura crujiente (si antes le espolvoreas un poco de maizena en polvo acelerarás el proceso). Sirve el tofu sobre el guiso de calabaza, remata con cilantro y unos cacahuetes picados y a comer.

Arroz integral con espinacas, maíz y caballa

La enésima ensalada de patata, pero qué ricas
La enésima ensalada de patata, pero qué ricasMÒNICA ESCUDERO

Cocina 200 gramos de arroz integral siguiendo las instrucciones del fabricante y escúrrelo. Dora una cebolla picada en una sartén, cuando tenga color añade uno o dos dientes de ajo laminados y cuando estén dorados pon 200 gramos de espinacas. Cuando se hayan reducido y te sorprendas -por enésima vez- que en realidad 200 gramos de espinacas son menos que 20 años para Gardel, añade 200 más y repite la operación. Pon una lata grande de maíz y especias al gusto, el arroz cocido, un poco más de aceite y dale unas vueltas para mezclar los sabores. Emplata, sube el fuego y dora por el lado de la piel ocho lomos de caballas de ración salpimentados durante un par de minutos, dales la vuelta, cocina un minuto más y al plato. Remata con rodajitas de cebolla de verdeo y si quieres un poco más de las especias.

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