Carcamusas: la tapa toledana de cuyo nombre no puedes olvidarte
El cerdo con tomate ligeramente picante es uno de los platos por excelencia de Toledo, y hay varias teorías curiosas sobre el origen de su denominación. No nos casamos con ninguna, pero te damos una receta que no falla.
Como el zarangollo, el atascaburras o el paparajote, las carcamusas son uno de esos platos típicos españoles cuyo nombre parece un insulto, pero que cuando te los metes en la boca son todo bondad. Las teorías sobre el origen de esta tapa de carne con tomate son -cómo no- de lo más variadas y pintorescas: nuestra favorita dice que se llaman así porque en el Bar Ludeña, donde supuestamente se inventaron, se juntaban señores mayores (“carcas”) con chicas jóvenes (“musas”), pero todes disfrutaban con esta tapa.
Verdad o no, lo importante es que las carcamusas están buenísimas y son muy fáciles de preparar. Nuestra versión es ascética cual santo de El Greco: no lleva ni pimiento, ni panceta, ni chorizo, pero los admite si te apetece ponérselos. Teniendo en cuenta que prepararla lleva un cierto tiempo y energía -y sale del congelador igual de buena que entra-, puedes preparar dos o tres veces más cantidad y así tenerlas listas para cuando te entre otra vez el antojo (que nos conocemos).
Ingredientes
Para unas 4 personas
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750 g de magro de cerdo
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200 ml de vino blanco
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100 ml de vino oloroso
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1 cebolla grande
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100 g de guisantes
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250 g de tomate triturado
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3 dientes de ajo pequeños
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1 guindilla fresca grande o un par de cayenas secas (o más, si gusta más picante)
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Aceite de oliva virgen extra
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Sal y pimienta negra
Preparación
- Cortar la carne en trozos de bocado, eliminando partes de grasa si las hay. Salpimentar.
- Picar la cebolla y el ajo.
- Calentar un chorro de aceite en una cazuela a fuego vivo. Dorar la carne, sacarla a un plato hondo y reservar.
- Bajar el fuego a medio, añadir un poco de aceite a la cazuela y dorar ligeramente el ajo. Después añadir la cebolla, la guindilla y una pizca de sal.
- Unos 10-15 minutos después, o cuando la cebolla ya esté pochada, devolver la carne a la cazuela y mojar con el vino blanco y el oloroso. Cuando empiece a hervir, bajar el fuego a medio-bajo y dejar que los vinos reduzcan unos 15-20 minutos.
- Añadir el tomate, tapa la cazuela y dejar que se haga a fuego muy suave unos 20-25 minutos.
- Pasado ese tiempo, destapar y dejar que la salsa reduzca hasta espesarse un poco.
- Incorporar los guisantes y cocinar unos 3 minutos. Rectificar de sal y retirar del fuego. Se puede tomar al momento o guardar en nevera para el día siguiente.
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