
Boniato dulce japonés
Este tubérculo es uno de los ingredientes predilectos en el otoño nipón y, este postre, una de las formas más típicas y viejunas de prepararlo allí. Hay mil variantes de esta receta, pero todas están ricas.
Este tubérculo es uno de los ingredientes predilectos en el otoño nipón y, este postre, una de las formas más típicas y viejunas de prepararlo allí. Hay mil variantes de esta receta, pero todas están ricas.
¿Boniato asado? ¿En puré? Muy ricos, pero hay otras maneras de sacar partido al tubérculo más dulce. Aquí tienes dos recetas en el que lo salteamos y lo cocemos al vapor, y ambas son puro goce.
Si la última comida del día te coge sin energías y con la creatividad bajo mínimos, estas recetas sencillas, saludables y económicas te ayudarán a resolverla con poco esfuerzo y sabroso resultado.
Un caldo con mucha enjundia y sabor, fácil de preparar y que se engorda con batata cocida y carne de rape, perfecto para esas noches en las que aún hace fresco y apetece algo que entone el cuerpo.
Rellenamos unos boniatos asados con judías pintas cocidas, pico de gallo, aguacate y la propia carne del boniato, con un toque final de salsa de yogur que aporta cremosidad y sabor al conjunto.
Aunque parezca que esta ensalada otoñal lleva mucho tiempo, gracias al microondas y una variedad de lentejas de cocción corta podemos tenerla lista en poco más de 20 minutos.
Celebramos el cambio de estación con tres platos de elaboración sencilla, preparados con productos de temporada. Boniatos, granadas y peras con sello ecológico son sus protagonistas.
Un plato italiano sencillo -aunque algo elaborado- con el que cuesta casi lo mismo cocinar para cuatro que para 40. Se llama rótolo, admite infinitas versiones y podría ser el primo enrollado de la lasaña.
Una versión vegetariana, ligera y otoñal del clásico británico. Cambiamos el cordero por soja texturizada hidratada en un sabroso caldo y enriquecemos el puré de patata con algunos boniatos.
Una oda a la temporalidad otoñal que llena el plato de color y sabor: el boniato se viene arriba con las especias del Ras el Hanout, el shiitake le sube la potencia y cebolla dorada con panceta remata la jugada.
En esta ocasión te lo servimos con pulpo asado, pero este sencillo puré de boniato tiene tantas variaciones como quieras. Si llevas hasta el límite su caramelización, cambia el cazo por el horno.
Si le quitas las escamas y te curras unos filetes limpios, el salmonete al horno encima de un lecho de verdura de temporada previamente asada se convierte en un bocado digno de los días más finolis.
Mezcla mantequilla con miso y descubre el aderezo que mejorará cualquier plato en un instante, gracias a su textura fundente y el profundo sabor de la soja fermentada.
Un puré, un salteado y una salsa completamente diferentes entre ellos que se preparan en unos cinco, 25 y 90 minutos. Si no encuentras el que más le conviene a tu carne, es que estás completamente desnortado.
Se alejan las fechas de la Castañada, del Magosto, de Todos los Santos y de Halloween, pero el boniato tiene pensado quedarse todo lo que dure el frío. Hoy, nos lo comemos en forma de ensalada.
Boniato, calabaza, setas, quinua y arroz son la base de unas albóndigas veganas tiernas como los mofletes de un bebé. Mojarlas en all i oli de manzana asada redondeará una experiencia otoñal completa.
Nuestra serie de recetas ultrabaratas continúa con un curry de lentejas, boniato, hierbas y especias. Cuando lo comas te considerarás una persona afortunada aunque no tengas un duro.
Un desayuno o cena de lo más apañado, listo para reconfortar el cuerpo y el corazón en esos días fríos y agotadores en los que se dan de tortas tus ganas de comer caliente y tu energía para cocinar.
Un manifiesto –y un buen montón de ideas– para reivindicar el noble arte del picoteo saludable hecho en casa: sin exceso de calorías, sin aditivos y sin guarrindongadas, pero con todo el sabor.
Receta para frikis y puristas de 'Star Wars' que quieran alimentarse con pedigrí galáctico antes de 'El despertar de la fuerza'. Está buenísima, así que tú también la puedes disfrutar aunque no sepas quién es Luke Skywalker.
Unos dados de patata cocida salteada y un puré cremoso de boniato son la base de un juego de texturas en el que también participan la cebolla y el pimiento. Todos ganan (pulpo incluido).