
Crema de escalivada
En el momento del año en el que no se sabe si va a hacer temperatura de otoño o de verano, las sopas que pueden tomarse frías o calientes son un salvavidas. Esta es una de ellas, y está buenísima de las dos maneras.
En el momento del año en el que no se sabe si va a hacer temperatura de otoño o de verano, las sopas que pueden tomarse frías o calientes son un salvavidas. Esta es una de ellas, y está buenísima de las dos maneras.
Cremas frías, ensaladas, lasañas y pescado al vapor para poner freno a las grasazas sin renunciar a la variedad ni al sabor.
¿Hasta el níspero de gazpacho? Aquí tienes tres cremas frías minimalistas para las que no necesitarás ni tiempo, ni esfuerzo ni cerebro.
La legumbre más rápida de cocinar y una buena cantidad de verdura de temporada son la base de una crema que puede tomarse caliente, fría o a temperatura ambiente. El quark y los picatostes le ponen la guinda.
Sopas que son purés, recetas que no se parecen ni por asomo al original o panes que no suben son algunos de los dilemas cociniles a los que se enfrenta nuestra Defensora del Cocinero.
Manzana y setas salteadas, frutos secos garrapiñados: pocos sabores y olores se llevan tan bien con los meses fríos como los que componen esta crema. Navideño, reconfortante, barato y de temporada.
Puede ser una delicia, y puede ser la sopa más sosainas del mundo: todo depende de cómo la hagas. Aquí tienes todas las pautas para alcanzar la cumbre cucurbitácea.
Inauguramos la temporada de cremas calentitas –o no, tú eliges– con una deliciosa combinación de sabores otoñal. Y encima es de color rosa, ¿qué más se le puede pedir a un plato?
Un dulce de origen medieval que lo petó grandemente hace siglos y quiere volver a triunfar, demostrando que por él no pasan los años y se mantiene lozano cual mozuela.
Una versión frutal, fresca, colorida y de temporada de una de las cremas más sabrosas del recetario tradicional español.