
Ensalada moruna de calabaza asada
Servimos una ensalada con frutos secos, aceitunas y fruta deshidratada sobre dos mitades de calabaza asada y las aliñamos con una vinagreta que remata su aire moruno. Te gustará seas de Halloween o de Holywins.
Servimos una ensalada con frutos secos, aceitunas y fruta deshidratada sobre dos mitades de calabaza asada y las aliñamos con una vinagreta que remata su aire moruno. Te gustará seas de Halloween o de Holywins.
Un pastel suave y esponjoso como el algodón que te hará ser infiel a tu tarta de queso de cabecera. Con los mismos ingredientes de siempre pero pasados por el filtro japonés: manga a la vez que zen.
Dátiles de calabaza. Empanado de avellana. Homenaje sutil a un clásico viejuno. ¿A quién se le puede ocurrir algo así? Pues a la lectora que ganó el concurso 'Escuela de cocina', estrella invitada en este vídeo.
En nuestro empeño por hacer revisiones falsas o trampantojos de recetas tradicionales, ya estábamos tardando en meterle mano a un clásico de la cocina. Steak tartar, ha llegado tu hora.
Almendras, nueces, avellanas, anacardos, piñones y castañas para dar una vuelta de tuerca a tus ensaladas, cremas y bocadillos. Energía a cholón.
Un plato que en el nombre lleva casi toda la lista de ingredientes, se prepara en un pispás y es perfecto tanto para un aperitivo como para un desayuno. Disfrutarlo es obligatorio, subir la foto a Instagram, casi.
Frutas, almendras, espinacas y té verde es todo lo que necesitas para una bebida veraniega lejanamente inspirada en las despedidas de soltero.
El ajo negro se convierte en protagonista de una nueva versión de la clásica sopa fría. Pero esta es apta para ajofóbicos y compatible con despachos compartidos, besos con lengua y vida social en general.
Pasta parece, calabacín es: unos 'calabaguetis' fríos con un pesto ligero que te reconciliarán con la mandolina y te harán descubrir una nueva manera de zampar verdura perfecta para el verano.
Si estás en la Operación Bikini, pasa de esta receta. Aunque fresca y veraniega, su lujuria está más cerca de la Operación Otoño.
Le copiamos una técnica a Jamie Oliver para cocinar una coliflor entera, le damos un masaje con un aliño de hierbas y especias y la acompañamos de puerro y chirivía. Y luego nos lo comemos todo, claro.
Diez opciones de comidas y cenas felices que rozan el minimalismo pastafariano.
Queso azul, bulbos de invierno, cítricos y escarola, unidos y dispuestos a enseñarte quién manda en el mundo de las ensaladas. Tiene pinta de estar aún mejor acompañada de pan de centeno ligeramente tostado.
Un manifiesto –y un buen montón de ideas– para reivindicar el noble arte del picoteo saludable hecho en casa: sin exceso de calorías, sin aditivos y sin guarrindongadas, pero con todo el sabor.
Otro postre adoptable que necesita nuestro amor, un pastel de calabaza granadino con tanta verdura que casi no cuenta como vicio.
Si no tienes ganas de liarte en la cena de Nochevieja, ésta es tu receta: una carne que se hace en dos patadas con una salsorra contundente.
Postre navideño con 8 apellidos vascos (o más), pensado para tomar antes de levantar piedras a pulso o partir troncos. Lo típico de las fiestas, ahí va pues.
Para los que ya tienen la lista de villancicos preparada, nada mejor que sacar el espumillón e ir haciendo pruebas de polvorones caseros. Perfectos para regalar y quedar como un Rey Mago.
Una base fina estilo coca, castañas asadas, un par de peras y una crema de vainilla. La tarta otoñal definitiva existe, y si eres listo la acompañarás de una bola de helado de nata y chocolate fundido.
El frescor de los cítricos y el punto salado del queso de cabra redondean un postre que parece muy finolis, pero que se hace con la gorra.
Estamos en plena época de setas, frutos secos y cursiladas otoñales. Rendimos homenaje a las tres cosas en una pasta cocinada de una forma poco convencional: como un risotto.
Nueva entrega de la sección "tengo miedo al amasado, mamá", esta vez con un pan integral potentorro y satisfactorio que ni siquiera se tiene que tocar con las manos.
Una vuelta de tuerca al mar y montaña tradicional de la mano de Mateu Casañas, uno de los tres chefs del restaurante Compartir y antiguo jefe de cocina de ElBulli.
Una receta pensada para hacer justicia a todas las judías verdes sobrecocidas por generaciones de madres y abuelas (y a los que se las comieron sabiendo que algo ahí no iba del todo bien).