
Cuatro formas de aprovechar la fruta muy madura
Puede que la fruta madura no sea un prodigio de textura, pero desecharla es un error: es más dulce y da mucho juego en la cocina. ¿Pruebas? Un bizcocho, un batido, una mermelada rápida y un postre.
Puede que la fruta madura no sea un prodigio de textura, pero desecharla es un error: es más dulce y da mucho juego en la cocina. ¿Pruebas? Un bizcocho, un batido, una mermelada rápida y un postre.
Un postre con un toque dulce y especiado que podemos tomar tal cual o usar en ensaladas, tostadas o acompañamiento para platos de pato o cerdo.
Si quieres hacer las paces con la naranja confitada, prepárala en casa y úsala para hacer esta tarta, que puedes especiar a tu gusto con jengibre, canela, nuez moscada y mucho más.
Una base crujiente cubierta por una deliciosa crema de almendras y rematada con rodajas de pomelo. El cítrico da frescura y un punto amargo, pero si no te gusta lo puedes mezclar o sustituir por otras frutas.
Gracias a la magia de la nata y la gelatina podemos montar esta tarta sin pasar por el horno. La receta se puede adaptar a frutas tropicales o de verano, como el mango o el melocotón.
Aunque la pareja láctea más popular de esta fruta es el queso, la nata también le va muy bien. Lo demuestra esta tarta originaria de Gales que solo tiene un requisito: no pasarse con el amasado.
Un postre, merienda o desayuno en el que el queso fresco, la fruta de temporada y los frutos secos se llevan el protagonismo. No es demasiado dulce y admite muchísimas variaciones.
La dulzura del plátano lo convierte en una de las frutas predilectas en la repostería. En esta receta se carameliza con un poco de azúcar moreno y se añade a un 'jetapostre' clásico: la tarta de queso.
Es el tiempo de los cítricos. Los limones, mandarinas, pomelos y naranjas están en plena temporada y nada mejor que aprovecharlos para elaborar postres tan sencillos y ricos como estos.
El caqui pone la dulzura, el yogur la cremosidad y el cacao el sabor a chocolate: después de un primer intento fallido, esta combinación se reivindica como un postre o desayuno cremoso, riquísimo y muy fácil.
Mandarinas, caquis, peras, manzanas o mangos: el otoño es generoso en frutas ideales para hacer postres sin necesidad de abusar del azúcar. Aquí tienes nueve ideas que se preparan en un pispás.
Una tarta muy sencilla que podemos complicar, y también mejorar notablemente, preparando la pasta brisa en casa. Su relleno se adapta a la textura y dulzor que más nos guste.
Lo inventó Auguste Escoffier en 1894 en honor a una cantante de ópera, y desde entonces es una leyenda de los postres. Clave para triunfar con él: huir del melocotón en almíbar regulero.
El verano y los fogones no se llevan demasiado bien, pero el poco tiempo que pierdas en ellos para saltear estos melocotones especiados estará muy bien empleado. Te lo garantizamos.
Fresas, frambuesas, albaricoques, cerezas, nísperos y nectarinas: la fruta de primavera es la protagonista de estos diez postres (o meriendas) aptos para reposteros novatos y paladares amigos de lo dulce.
Rendimos homenaje a las ochenteras fresas con nata, expulsadas del paraíso por culpa de la nata de espray, con esta mousse con poquísimo azúcar añadido y un toque de chocolate.
Una milanesa invertida, un ramen japonés con productos de aquí, una tarta de galletas con chocolate o unos huevos Benedict: nuestro menú de esta semana es una oda al buen vivir.
La fresa está presente: llega la primera fruta primaveral cargada de promesas de sol y días más largos. Si solo se te ocurre comerlas solas o con yogur, te estás perdiendo muchas de sus posibilidades.
Hay otras formas de acabar un banquete navideño que no sean la tarta empapuzante o la macedonia viejuna de los setenta. Apuesta por estas combinaciones de frutas y tu estómago lo agradecerá.
La sencilla manzana asada se puede convertir en un postre tan completo y elaborado como quieras: solo hay que darle aroma con algunas especias, la textura de los frutos secos y algo de untuosidad gracias al queso fresco.
Ya está aquí el otoño y con él llegan el fresquete, la batamanta y las ganas de encender el horno ¡Inaugura la temporada repostera con un dulce reconfortante!
Melón fresco, moras de temporada y un punto lácteo de queso fresco, que suben hasta la estratosfera gracias a un toque de caramelo avainillado, menta y lima: el jetapostre veraniego definitivo ya está aquí.
La tarta de galletas lo tiene todo: buena, bonita, barata, se hace en un pispás y encima sin horno. Más allá de la mítica versión con chocolate existe un mundo de posibilidades con queso, nata y fruta de temporada.
Puede que sus años de gloria quedaran atrás, pero la gelatina tiene todas las cualidades para ser el postre veraniego por antonomasia: fresco, facilón y, desde el cariño, un poquito viejuno.
A medio camino entre el coulis y la macedonia, esta sopa aromatizada con albahaca se sirve fresca y acompañada de un helado que remata la jugada. El toque de pimienta es muy recomendable.
Los golosones tenemos a nuestra disposición muchas opciones para seguir endulzándonos la vida aunque usemos poco azúcar. ¿La clave? Ni sucedáneos ni sustitutos: sólo fruta frutera, alma cándida.
Convertimos el viejunísimo banana split en un postre saludable, casero y sin azúcares añadidos. Te damos el secreto del helado hecho con un solo ingrediente: la sombrillita de papel y las bengalas las pones tú.
Ya es tarde para la operación bikini. Lo sabemos, y además no creemos en ella. Por eso proponemos esta receta, que rinde culto al chocolate, la galleta y el plátano. Sin remilgos, pero también sin comerse medio kilo.
Un dulce ligero y primaveral, perfecto para disfrutar de la dulzura natural de las frutas de temporada y llenar de color tus sobremesas. Sí, cuando asoma el verano nos ponemos así de poetas.
Tres chefs de Valencia nos enseñan 'jetapostres' gourmet con la fruta estrella de la zona. Disfruta con la coca de llanda de Casa Carmina, el sandwich de fartones de Dos Estaciones y la muselina con yogur de Sucede.
Si tus macedonias siempre saben igual, dales un poco de vidilla con menta, jengibre, canela y vainilla. Seguirán siendo un postre tirado de hacer, pero los que se sienten a la mesa noatarán la diferencia.
¿Por qué las relegamos a los platos de postres? Te demostramos que las verduras también funcionan en cremas, ensaladas, pescados y carnes asadas.
Fruta asada y caramelizada sin azúcar añadido, un chocolate potente y una crema con un toque suave de queso azul: un jetapostre que te hará quedar como Dios con poco más esfuerzo que el de encender el horno.
El licor saca lo mejor de esta fruta de temporada, y el yogur aromatizado con vainilla fresca hace que el conjunto se venga arriba. Viene con truco para pelar la granada rápidamente de regalo.
Vuelven los básicos de entretiempo que reconfortan y abrigan el estómago: la manta en la cama, la gabardina y las peras al vino. Un postre clásico -que no viejuno- para ir calentando los motores otoñales.
Este increíble postre es tan fácil de hacer que da casi hasta vergüenza. Al nivel de dificultad de la O con un canuto, alegrará tus últimos días de verano con su sabor fresco y su elaboración ultra rápida.
La alternativa imberbe al melocotón obra milagros con la vainilla. Esta receta es tan fácil que roza el 'jetapostrismo'.
Suben los termómetros y dejamos el uso del horno para septiembre. Hasta entonces, nada mejor para pecar que una tarta de queso fresca, con fruta de temporada y cero sudores.
Poseídos por Karina sacamos del baúl de los recuerdos los limones rellenos, un postre injustamente relegado a los lineales de congelados más inmundos. Es fácil, rico y resultón a su manera.
¿Harto de los que presumen sin parar de sus helados caseros? Tú también puedes hacerlo y encima sin necesidad de comprar máquina ni de tener mil cacharros. Chincha rabiña para los que no lo han descubierto antes.
Una buena manera de beber fruta de temporada que puedes tunear con galletas, frutos secos, especias, otras frutas rojas o lo que más te apetezca. Y solo necesitas una batidora (y algo para infusionar la leche).
El aguacate se usa como fruta en medio mundo y como hortaliza en el otro medio. En El Comidista debemos estar justo en el meridiano entre una mitad y otra, porque le damos a las dos cosas. Hoy, le toca ser dulce.
Un manifiesto –y un buen montón de ideas– para reivindicar el noble arte del picoteo saludable hecho en casa: sin exceso de calorías, sin aditivos y sin guarrindongadas, pero con todo el sabor.
¡Por fin llega el frío y el tiempo de taparse las lorzas! Aprovechemos pues para abrigarnos el estómago y comer tarta sin remordimientos.
El frescor de los cítricos y el punto salado del queso de cabra redondean un postre que parece muy finolis, pero que se hace con la gorra.