Carpaccio de langostinos con romesco y chips de alcachofa
La increíble melosidad del marisco crudo compensa el trabajo de aplanarlo entre dos hojas de papel de horno. Unas chips de alcachofa crujientes y un toque de romesco rematan la jugada.
La increíble melosidad del marisco crudo compensa el trabajo de aplanarlo entre dos hojas de papel de horno. Unas chips de alcachofa crujientes y un toque de romesco rematan la jugada.
Rápida, simple y deliciosa: así es esta crema todo terreno en la que puedes cambiar la coliflor por brócoli o introducir otros quesos sin temor a fracasar.
Buenos, bonitos, baratos y rápidos, los garbanzos o judías de bote pueden ser tan dignos como los caseros si los cocinas bien. Aquí tienes tres platos que se hacen en un pispás y engañarán hasta a tus bisabuelos.
Un sencillo aderezo a base de aceite, ajo, especias y un toque de vinagre no solo sirve para rematar un pescado a la plancha o dar una segunda vida a unas judías frías: también funciona muy bien con las coles y el arroz.
Entre la sopa de sobre y la que te lleva dos horas hay un territorio intermedio: la sopa casera rápida. Aquí tienes tres ejemplos factibles en unos 20 minutos que te reconfortarán hasta los huesos.
Las fabes con almejas están muy bien, pero hay muchas otras maneras de combinar legumbres y mar. Hoy apostamos por las judías carillas con un caldo rápido asiático aromatizado con algas.
Ha pasado de ser un plato habitual a una rara avis en cartas y menús, pero siempre podemos prepararla en casa con un buen caldo como base, trocitos de pescado para darle vidilla y pan, pasta o arroz.
Una ensalada fresca, perfecta cuando aún te persiguen los excesos navideños -tanto los de comer como los de pasarse horas trajinando en la cocina-, pero no quieres renunciar a un plato lleno de sabor.
Tanto si la haces en casa como si la compras de brik, aquí tienes unas cuantas guarniciones fáciles que transformarán una soporífera crema de verduras en un platazo de alto nivel.
Las conservas de pescado, el queso, los frutos del mar, el foie y los ahumados acuden al rescate de los desnortados que ya habéis explotado todos vuestros recursos cocineros durante estas fiestas.
Abraza la cocina viejuna esta Navidad, porque no hay nada peor que ir de chef moderno en una comida familiar ni nada más entrañable que tirar de clásicos incontestables, como este rape disfrazado de langosta.
La ensalada de col no es esa sopa aguachirlada que te ponen con la comida rápida: prepara en casa esta versión con apionabo y chirivía y descubrirás su frescura y crujiente originales.
Arranca la temporada de setas con estas empanadillas orientales de shitake o, en su defecto, de champiñón. Montarlas tiene un poco de truco, pero seguro que a la tercera ya te salen perfectas.
Los champiñones crudos cortados finamente son perfectos para absorber una vinagreta con un toque alegre de mostaza. Un buen tomate refresca el conjunto, y las almendras fritas le dan resistencia al mordisco.
Una mezcla de ingredientes que te lleva directo de viaje a Tailandia y Vietnam sin pasar por la casilla de salida, inspirada en un ceviche y convertida en una sopa fría cremosa, potente y divertida.
Las ensaladas de otoño tienen más sentido que nunca cuando en la mitad del país lo pasamos a 30 grados. Prueba esta con rúcula, caqui persimon y burrata y descubre lo bien que combinan estos tres ingredientes.
Además de un recetón para que te hagan la ola en casa cualquier domingo, te llevas de regalo una técnica para preparar arroz seco que nunca falla. Prepárala y versiónala para comidas felices 100% libres de monotonía.
Versionamos los clásicos huevos estrellados cambiando las patatas por alcachofas también fritas. Si el contraste entre su crujiente y el huevo no te llega, puedes ponerle jamón (o queso, foie o romesco).
Solo necesitamos cuatro ingredientes para preparar este aperitivo, picoteo o cena que tiene un solo truco: encontrar los tomates adecuados o hacerles un sencillísimo tuneo previo a los que tenemos.
Dueños y señores de la meriendacena y la excursión familiar con fiambrera, los huevos rellenos salen del armario de la cocina viejuna para conquistar el siglo XXI.
Para hacer este plato, vas a tener que ir a una casquería. Sí, nos referimos a ese puesto del mercado que suele espantar a mucha gente, del que pueden salir deliciosos platos 100% libres de remilgos.
Vale la pena encender el horno para conseguir esta crema, con todo el sabor de la remolacha caramelizada y el ajo asado. El añadido del huevo pasado por agua puede convertirla en un plato único perfecto para cenar.
En esta ocasión te lo servimos con pulpo asado, pero este sencillo puré de boniato tiene tantas variaciones como quieras. Si llevas hasta el límite su caramelización, cambia el cazo por el horno.
Que no te vendan imitaciones: la auténtica ensalada César no es yanqui ni italiana, sino mexicana. Tampoco lleva pollo ni anchoas, tan sólo unos cuantos ingredientes con los que marcarte un primer plato espectacular.
Si tú también suspirabas por que lleguen de una vez el frío y las lluvias, dale la bienvenida al condumio invernal con esta crema. Reconfortante, calentita y sencilla, ¿qué más se puede pedir?
Aprovecha la temporada de las setas para prepararlas de todas las maneras posibles, date un homenaje con este arroz seco y llévate de regalo el truco para preparar un caldo sabroso con verduras doradas al horno.
Una receta cuyos ingredientes completos aparecen en el nombre es siempre una apuesta segura, pero ésta te va a poner a salivar en cuanto huelas el ajo dorándose en la mantequilla.