_
_
_
_
_

Puré de verduras de invierno con yogur

 El color. Quiero decir, EL COLOR / EL COMIDISTA
El color. Quiero decir, EL COLOR / EL COMIDISTA

Temiéndome que, por mucho que hayáis aplicado los sabios consejos del post de ayer, los efectos aún no se notarán demasiado, y asumiendo que nosotros mismos seguimos sufriendo los excesos –ya sea nivel "me apreta un poco el vaquero" o "la única prenda que me sirve es la batamanta"–, parece que vamos a seguir dando la matraca con recetas ligeritas unos días más.

El puré de hoy es perfecto para estos días de detox y culpa por su sabor, ligeramente festivo al llevar especias y algunos de los bulbos que acompañan los asados más lujuriosos –remolacha, hinojo y nabo, por ejemplo–, todavía nos recuerda a los días felices en los que no recordábamos la existencia de las lorzas. Su potente color entre morado y violeta también me pone de buenas, y después de echar un vistazo a la entrada sobre cromoterapia de Wikipedia me he convencido todavía más de sus virtudes, además de que voy a fundar una iglesia magufa alrededor de esta sopa y me voy a forrar es bien bonita.

Su tercera ventaja es la ligereza de todos sus ingredientes, apenas mancillada por un boniatito y un quítame-de-allá-ese-yogurcillo que, si os sientan mal los lácteos, puede sustituirse por aguacate o leche de coco. Si vais a comer otro plato, podéis añadir más caldo para conseguir una crema todo lo líquida que queráis: yo me lo comí para cenar como plato único y buscaba un pelín más de contundencia en la textura. Debo decir que me arrepentí de no haberle puesto un huevo mollet –ya sabéis que sufro de huevomolletitis aguda, qué le vamos a hacer–, y que seguro que le queda estupendo. Aviso: con el paso del tiempo se oscurece, así que no os asustéis cuando eso pase.

Dificultad: Para cabezas de remolacha

Ingredientes

Para 6 personas

  • 1 puerro
  • 1 cebolla
  • 2 remolachas
  • 2 zanahorias
  • 2 nabos
  • 1 bulbo de hinojo
  • 1/4 de col lombarda
  • 1 boniato
  • 600 ml de caldo de verduras o pollo
  • 1 cucharadita generosa de zaatar (se puede sustituir por una mezcla de tomillo y sésamo)
  • 1/3 de cucharadita de semillas de hinojo
  • Aceite de oliva virgen extra
  • Sal
  • Pimienta
  • Un poco de harissa o cayena (opcional)
  • La ralladura de la piel de un limón
  • 2 yogures naturales (no hace falta que sea griego, pero sí algo cremoso)

Instrucciones

1.
Pelar, cortar –sin demasiado cuidado, lo vamos a triturar después– y dorar en una olla grande a fuego medio con un fondo de aceite las verduras en este orden: primero, el puerro y la cebolla. Cuando estén doradas, el boniato, y tres minutos después el hinojo, las zanahorias, el nabo y la remolacha. Pasados cinco minutos, añadir la lombarda y las semillas de hinojo y darle vueltas a todo junto cinco minutos más.
2.
Añadir el caldo y cocer tapado durante unos 12-15 minutos. Si se quiere, añadir en este momento la harissa, la cayena o el picante que se prefiera, y rectificar de sal y pimienta. Procesar con una batidora o robot de cocina hasta conseguir la textura deseada. Servir caliente, con dos cucharadas de yogur, un pellizco de zataar y un poco de ralladura de limón encima (o podéis poner ahora la cayena, como en la foto).

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_