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Champiñones con cuscús, limón y menta

Una ensalada fresca, perfecta cuando aún te persiguen los excesos navideños -tanto los de comer como los de pasarse horas trajinando en la cocina-, pero no quieres renunciar a un plato lleno de sabor.

Ponle más o menos limón, menta, sal o pimienta
Ponle más o menos limón, menta, sal o pimientaMÒNICA ESCUDERO

Probar los champiñones crudos te genera una de esas revelaciones culinarias que te hacen lamentar no haberlo hecho antes, y a la vez tener ganas de prepararlos de todas las maneras posibles. Con otros ingredientes estos momentos visionarios a veces se diluyen, y el empuje se pasa con el tiempo; pero lo de los champiñones es un camino sin retorno. Algunas recetas pasan sin pena ni gloria, otras se modifican y otras se acaban convirtiendo en básicos recurrentes de la cocina de casa, como nos pasó a nosotros con esta ensalada fresca, ligera y con una estupenda mezcla de sabores y texturas, que además se hace en un momento.

Deshuesar aceitunas es un poco rollo, pero -sobre todo teniendo en cuenta que son cuatro por ración- vale la pena hacerlo en lugar de usar una sosez ya deshuesada. ¿No tienes o no te gustan? Unos tomates secos en aceite o unas alcaparras también sirven. Si no sabes que hacer con la menta que te va a sobrar, compra una planta en lugar de un manojo: no cuesta mucho más y, si te acuerdas de regarla de vez en cuando, tendrás para unos cuantos platos.

Si no os gusta la acidez del limón, podéis usar solo la ralladura. Si os gusta mucho, podéis poner unos gajos cortados a lo vivo en trocitos: la tolerancia con este cítrico es tan subjetiva que lo más fácil es que la adaptéis a vuestro gusto. Con algo tan sencillo de corregir como una ensalada, sé prudente, pruébala y, si necesita más, añádelo hasta encontrar el punto perfecto.

Si quieres convertirla en una cena ligera y rápida, puedes añadirle un poco de ricota, requesón o tu queso fresco favorito, un poco de feta, un poco de pechuga desmigada o esa maravilla de la cocina rápida que es el huevo. Duro, pasado por agua, escalfado o mollet: tira de tu punto de cocción favorito y el éxito está asegurado. Un puñado de rúcula o guisantes, dependiendo de la temporada, también

Dificultad: Si la haces con cuscús o bulgur, no hay ni que encender el fuego.

Ingredientes

Para 4 personas (como entrante)

  • 120 g de cuscús, sémola, bulgur o pasta pequeña (en seco)
  • 400 g de champiñones (blancos, portobello o mezclados)
  • 1 limón
  • 16 aceitunas negras (yo usé kalamata)
  • Menta al gusto
  • Aceite de oliva
  • Sal
  • Pimienta

Instrucciones

1.
Hidratar el cuscús o preparar la pasta según las instrucciones del fabricante. Colar si procede, regar con un poco de aceite -una cucharada bastará-, remover bien y dejar enfriar.
2.
Deshuesar las aceitunas y cortarlas a trocitos, y cortar los champiñones en láminas lo más finas posibles.
3.
Mezclar ambas cosas con la pasta, menta picada fina, la ralladura -solo la parte amarilla, o amargará- y el zumo del limón, dos o tres cucharadas de aceite, sal y pimienta. Dar un par de vueltas para que se mezcle bien, servir y comer al momento.

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