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Salteado de garbanzos con morcilla, manzana y piñones

El idilio entre el cerdo y la manzana viene de tiempos inmemoriales, ya que la fruta refresca y aligera la grasa de su carne, además de aportarle un punto de dulzura que potencia su sabor.

Cerdo y manzana, siempre bien
Cerdo y manzana, siempre bienMIREIA FONT

El mundo está lleno de combinaciones que a priori pueden parecer estrambóticas, pero que funcionan; llevar sandalias con calcetines, el dueto musical Bowie-Cher o el matrimonio Woody Allen-Soon Yi. La gastronomía no es una excepción: los guiris lo flipan con nuestro calimocho y nosotros lo flipamos porque en los McDonald’s de Corea del Sur sirven las patatas fritas con mantequilla de miel. Hablando de mantequilla, el sándwich favorito de Elvis Presley era el de plátano con mantequilla de cacahuete. ¿Qué os parece?

Hay quien incluso se gana la vida prescribiendo mezclas de sabores aparentemente arriesgadas: de Niki Segnit ya os hemos hablado en varias ocasiones, y ella recomienda mixturas tan atrevidas como las ostras con sandía. Ferran Adrià es muy fan de otro famoso gastrónomo por sus propuestas inusuales, François Chartier. Suya es la idea de combinar espárragos verdes a la parrilla con chocolate negro. Si Niki y François fueran oriundos de Burgos, el tándem morcilla-manzana saldría en sus libros seguro.

Que la carne de cerdo combina bien con la manzana no debería ser ningún secreto. De hecho, hace siglos que mezclamos estos dos ingredientes. Antes de que el azúcar estuviera disponible para la mayoría de gente, los alimentos se endulzaban con frutas:emplear manzanas era una forma habitual de dulcificar los platos de cerdo. Marco Gavio Apicio, un gastrónomo romano del siglo I d. C., habla de esta combinación en una receta llamada minutal matianum, una especie de cazuela de cerdo con manzanas. Hoy, los asados de cerdo se siguen acompañando de salsa de manzanas en muchos países del norte y centro de Europa. Entonces, ¿qué puede fallar si juntamos morcilla con manzana? Nada: se trata de un combo ganador porque los jugos dulces y ácidos de la fruta combinan a las mil maravillas con la grasa de la carne. Hacedle caso a la historia.

Dificultad: Más fácil que prescribir mezclas de sabores aparentemente arriesgadas.

Ingredientes

Para 2 personas

  • 400 g de garbanzos cocidos
  • 2 morcillitas pequeñas (de unos 70 g cada una)
  • ½ cebolla pequeña
  • 2 dientes de ajo
  • ½ manzana
  • ½ cucharadita de comino
  • Pimienta negra al gusto
  • Sal al gusto
  • Aceite de oliva
  • 4 cucharadas de agua

Para decorar

  • 1 cucharada de piñones (sustituibles por nueces, almendras o avellanas)
  • Perejil al gusto

Instrucciones

1.
En una sartén sin aceite y a fuego medio, tostar los piñones un par o tres de minutos y reservar.
2.
Pelar y picar la cebolla y el ajo fino. Cortar en dados muy pequeños la manzana.
3.
Calentar un poco de aceite en una sartén a fuego medio. Sofreír la cebolla y el ajo junto con el comino unos cuatro minutos o hasta que la cebolla esté blanda.
4.
Añadir la manzana a la sartén. Remover y cocer cuatro minutos o hasta que la manzana esté tierna.
5.
Mientras se hace la manzana, quitar la piel de la morcilla y desmenuzarla. Agregar la morcilla desmenuzada a la sartén. Remover y sofreír un minuto o hasta que la morcilla se oscurezca y esté hecha.
6.
Añadir los garbanzos y el agua. Salar y dejar cocer un par de minutos o hasta que el agua se reduzca y espese.
7.
Picar el perejil. Emplatar con la pimienta, los piñones tostados y el perejil por encima. Servir inmediatamente.

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