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Ensalada de calabacín, rúcula, avellanas y aliño de yogur

Esta ensalada combina el calabacín crudo con el cocido, el sabor potente de la rúcula, el crujiente de las avellanas. Y además llena de color tu mesa estos meses calurosos.

Puedes dártelas de chef con esta ensalada de calabacín en dos texturas
Puedes dártelas de chef con esta ensalada de calabacín en dos texturasJULIA LAICH
Julia Laich

El calabacín puede llegar a ser la verdura más sosa del universo. Sin embargo, si uno se lo propone, se puede transformar en un ingrediente interesante: crudo aporta textura, frescura y buen color; cocido -según cómo, y siempre que no sea demasiado- tiene un toque dulce, es jugoso y tierno. En esta ensalada de calabacín combinamos sus dos versiones: si te las quieres dar de chef puedes presentársela a tus comensales como “ensalada de calabacín en dos texturas”. Ahí lo dejo.

El punto clave de esta ensalada es cortar el calabacín finito. Así será agradable la mitad cruda, y la otra no llevará tanto tiempo de cocción como para convertirse en un puré. Una mandolina o un pelador son buenas herramientas para conseguir unas láminas de 1 o 2 mm de espesor. Con un cuchillo afilado también es posible, aunque se necesita algo de maña y buen pulso.

La combinación del calabacín con el resto de ingredientes hace de esta ensalada un plato refrescante que apetecerá durante todos los meses -junio, julio, agosto y algo de septiembre- en los que esta cucurbitácea está en su máximo esplendor. Si tienes la suerte de encontrar calabacines amarillos, puedes combinarlos con los verdes y tendrás un plato más colorido aún.

Dificultad: La de no comerse dos kilos.

Ingredientes

Para 4 personas

  • 2 calabacines medianos
  • 100 g de rúcula
  • 120 g de yogur natural sin azucarar
  • 80 g de avellanas tostadas
  • 1 lima
  • 1 cucharadita de hierbas provenzales secas (pueden ser sustituidas por otras hierbas frescas o secas)
  • Aceite de oliva virgen extra
  • Sal fina
  • Pimienta negra recién molida

Instrucciones

1.
Lavar y secar los calabacines. Cortar y desechar sus extremos.
2.
Con un pelador, mandolina o cuchillo afilado, cortar láminas de calabacín de 1 o 2 mm de espesor.
3.
Calentar una sartén antiadherente a fuego medio-alto con un chorrito de aceite de oliva. Pasar la mitad de las láminas de calabacín por la sartén en tandas. Deben quedar algo doradas pero no excesivamente blandas. Reservar.
4.
En un bol mezclar muy bien el yogur con dos cucharadas de aceite de oliva virgen extra, una cucharadita de hierbas provenzales secas, una cucharadita de sal fina, la ralladura de media lima y pimienta negra recién molida al gusto. También se pueden poner todos los ingredientes en un tarro con tapa, cerrar y agitar. Reservar.
5.
En otro bol colocar la rúcula, el calabacín cocido y el crudo y las avellanas apenas picadas. Mezclar con suavidad.
6.
Aliñar con aceite y el zumo de media lima. Servir en platos o en una bandeja. Terminar con el aliño de yogur por encima y la ralladura de la media lima restante.

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Sobre la firma

Julia Laich
Redactora y guionista, principalmente de gastronomía. Sus textos y recetas han aparecido en EL PAÍS, Bestial! (RTVE), Revista NT y Bon Viveur. Es cofundadora de Bizio, una pequeña productora de sidra vasca, y gestiona el área digital de la revista argentina Anchoa. Graduada en Comunicación Audiovisual y Máster en Reportaje y Documental Transmedia.

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