Risotto de calabaza a ciegas
Un curry en polvo que se quema, una cucharadita poco científica, unos canelones preparados en diferido y un risotto más laborioso que el Escorial son la penitencia de la Defensora esta Semana Santa.
Un curry en polvo que se quema, una cucharadita poco científica, unos canelones preparados en diferido y un risotto más laborioso que el Escorial son la penitencia de la Defensora esta Semana Santa.
¿Buscas un entrante sano, fresco, rico y muy fácil de hacer? Pues aquí lo tienes, 100% libre de animalitos y listo para que te lo comas a cubos. Y encima es de color rosa, que siempre es un plus.
Queso azul, bulbos de invierno, cítricos y escarola, unidos y dispuestos a enseñarte quién manda en el mundo de las ensaladas. Tiene pinta de estar aún mejor acompañada de pan de centeno ligeramente tostado.
Un manifiesto –y un buen montón de ideas– para reivindicar el noble arte del picoteo saludable hecho en casa: sin exceso de calorías, sin aditivos y sin guarrindongadas, pero con todo el sabor.
Si te has puesto como un zepelín en Navidad, desínflate con ensaladas que aprovechan productos en temporada como las espinacas, la naranja o la remolacha.
Un festival vegetal perfecto para acompañar un asado, un pescado o un pollo, comer tal cual calientes o frías o solucionar de un solo golpe de horno la mitad de la ingesta de verduras de la semana.
Trucos, ideas e ingredientes para conseguir que tus panazos luzcan coloridos y todavía más impresionantes. Perfecto para bocadillos, amigos reticentes a reconocer el talento ajeno y fiestas de guardar.
Aunque suene a oxímoron estacional, las ensaladas de invierno no solo existen sino que además están buenísimas. La de hoy está inspirada en nuestro hechicero de verduras favorito: el israelí Yotam Ottolenghi.