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Crema suave de apio

Cogerle cariño a una de las hortalizas menos populares es cuestión de escoger bien la parte que vas a cocinar, usar la técnica adecuada y acompañarla de ingredientes que potencien lo mejor de su sabor.

Haz las paces con el apio
Haz las paces con el apioJULIA LAICH
Julia Laich

El apio puede ser complicado; en una fiesta sería persona cuya presencia notas desde que entra por la puerta: un ratito está bien pero mucho cansa. No en vano Mònica Escudero, editora de este medio, lo incluyó en su artículo Cómo conseguir que te gusten verduras que odias. Sin embargo esta hortaliza está presente en unas cuantas recetas clásicas -la ensalada Waldorf (o Marcelo), el ants on a log, las alitas Buffalo, el Bloody Mary, el sofrito clásico italiano o la sopa minestrone- porque bien acompañado, funciona.

El sabor del apio varía ligeramente según la parte de la rama que comas: la parte inferior tiende a ser más amarga y fibrosa, por lo que no recomiendo que la uses para esta crema, y la parte superior, más fina, es más suave. Las hojas también se comen y bien podrían servirte para un caldo, para hacer sal de apio -secándolas previamente en el horno- o para preparar un pesto, por ejemplo. Las semillas, aunque no son tan populares por aquí, se utilizan en infusiones, encurtidos y, normalmente, en recetas de larga cocción. Si eres fan de Ottolenghi estarás familiarizado con ellas.

En esta crema el sabor intenso del apio se suaviza con la patata y la nata, que podría ser sustituida por leche o ser suprimida por completo si fuera necesario. Se puede hacer con cebolla o con puerro -o con una mezcla de las dos- dependiendo de lo que te guste o lo que tengas en la nevera. Como acompañamiento le van bien unos picatostes, queso azul o algún queso blando, nueces o cacahuetes picados o manzana verde.

Dificultad: La de que te guste el apio.

Ingredientes

Para 4 personas

  • 400 g de apio
  • 1 cebolla pequeña (100 g aprox) o medio puerro
  • 300 g de patata
  • 500 ml de caldo de verdura o pollo
  • 80 ml de nata
  • Sal
  • Pimienta
  • Aceite de oliva virgen extra

Instrucciones

1.
Cortar el apio en trozos grandes -de dos o tres centímetros estará bien- y picar la cebolla o el puerro. Rehogar en una olla con un poco de aceite de oliva a fuego medio-fuerte.
2.
Una vez se hayan ablandado y dorado ligeramente, agregar la patata pelada y cortada en cubos. Cubrir con el caldo, salar ligeramente -ojo si el caldo ya tiene sal- y cocinar a fuego medio-bajo.
3.
Transcurridos 20 minutos, cuando el apio y la patata estén completamente blandos, triturar con una turmix o robot de cocina. Para conseguir una textura suave y eliminar la fibra que pueda quedar del apio, pasar por un colador chino o de malla fina, presionando con una cuchara o cucharón.
4.
Agregar la nata, corregir el punto de sal y añadir pimienta. Calentar y servir.

Sobre la firma

Julia Laich
Redactora y guionista, principalmente de gastronomía. Sus textos y recetas han aparecido en EL PAÍS, Bestial! (RTVE), Revista NT y Bon Viveur. Es cofundadora de Bizio, una pequeña productora de sidra vasca, y gestiona el área digital de la revista argentina Anchoa. Graduada en Comunicación Audiovisual y Máster en Reportaje y Documental Transmedia.

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