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Fresas asadas con nata y crumble

Al final de cualquier comida celebrada en una casa española pueden aparecer los clásicos cuencos con fresas y nata. Si estás un poco cansadito de lo de siempre, en esta receta le damos una vuelta a modo de homenaje.

Lo de siempre, pero de otra forma
Lo de siempre, pero de otra formaCLAUDIA POLO

Tan clásico como la vajilla Duralex, la bolsa de las bolsas y el delantal de propaganda; las fresas con nata son una constante común en todas las casas. Un recurso muy socorrido para las comidas con parientes despreocupados sin ninguna intención de levantarse para recoger un plato. Después de horas de horno, bandejas que vienen y van, aperitivos y canapés, plantas una fuente de fresas, otra de nata y algo de azúcar en la mesa y te quedas tan ancha.

También presentes en tantas tardes de verano, en forma de meriendas improvisadas que salvaban a tu madre del follón en el que la habías metido invitando a tus amigos a casa. Sobre el mantel el bote de nata de tapa azul que es ya parte del imaginario colectivo de varias generaciones. Si alguien no se ha llenado los carrillos con esa edulcorada crema hasta rebosar, no sabe lo que es la vida.

Esta receta para nada plantea sustituirlas: ha quedado claro que las considero una institución en sí mismas. Se trata más bien de un homenaje. Un postre muy fácil de hacer que queda espectacular cuando dices: “Y para terminar, fresas con nata”, y pones sobre el mantel los cuencos rebosantes de crema especiada y fruta compotada. El vinagre de módena potencia el sabor de las fresas que, una vez asadas, quedan superjugosas y casi glaseadas.

La nata montada a mano me parece maravillosa; me gusta dejarla algo fluida, sin llegar a montarla del todo, y añadirle apenas una cucharada de azúcar. Sabe mucho más a lácteo y con la acidez de las fresas se combina a la perfección. El crumble es el elemento crujiente que necesita el plato. Y de toque final un chorro de aceite de oliva virgen extra, ingrediente con el que recomiendo acabar casi todos los postres con fruta o helado.

Dificultad: Solo un poco más que preparar las fresas con nata clásicas

Ingredientes

Para 4 personas

  • 1 kg de fresas
  • 15 ml de vinagre de módena
  • 20 g de azúcar moreno
  • Pimienta negra
  • 250 g de nata para montar fría
  • 30 g de azúcar blanco
  • ½ cucharadita de cardamomo en polvo
  • 50 g de avena
  • 30 g de pipas de calabaza
  • 30 g de mantequilla
  • 20 g de miel
  • Sal

Instrucciones

1.
Cortar la parte verde de las fresas, lavarlas y colocarlas en un recipiente para horno. Añadir el vinagre, el azúcar moreno, un poco de sal y pimienta. Mezclar bien y hornear durante 30 minutos a 200ºC.
2.
En una sartén colocar la avena, las pipas de calabaza, la mantequilla, la miel y una pizca de sal. A fuego medio alto remover sin parar hasta que la avena coja un color tostado.
3.
En un bol batir la nata junto con los 30 g de azúcar blanco y el cardamomo. Montar y reservar en la nevera.
4.
Dejar enfriar las fresas unos minutos y servir junto a un par de cucharadas de nata montada y una porción de crumble.

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